martes, 4 de noviembre de 2014

CINDY SHERMAN-FOTOGRAFIA ARTISTICA CONTEMPORANEA

“Cindy Sherman.”

-         Personajes, estereotipo y denuncia social.

PRIANTE/TABORDA/PERIOTTI/SIQUICH


Nacimiento.

Cindy Sherman, cuyo nombre real es Cynthia Morris Sherman, nació el 19 de enero de 1954 en Nueva Jersey, Estados Unidos.
Procedencia.

Creció como la más joven de cinco hermanos en la ciudad de Huntington, Long Island, donde su familia se mudó poco después de su nacimiento. Su padre se ganaba la vida como ingeniero y su madre trabajaba como maestra de lectura.



Formación académica.

A diferencia de otros artistas, Sherman no estaba particularmente involucrada en las artes cuando era joven, durante su infancia y adolescencia no estuvo inmersa en un entorno en el que tuviese contacto con las manifestaciones artísticas.
Se empezó a interesar por las Artes Visuales en la Universidad de Buffalo (State University of New York College at Buffalo, entre 1972 y 1976); donde su carrera comenzó muy diferente de como acabó. En su primer año, empezó a trabajar la pintura hasta que un día, se dio cuenta de que no era suficiente. Frustrada por las limitaciones de la pintura y la sensación de que había hecho todo lo que pudo, se dio por vencida. Sherman dijo que sentía que no había nada más que decir a través de la pintura.
“…Estaba meticulosamente copiando otro arte y entonces me di cuenta de que sólo podía usar la cámara y desarrollar mis ideas con ella", y esto es lo que hizo. Ella reconoce que nunca podría haber tenido éxito como pintora. Al carecer de la conexión crítica que necesitaba para continuar con la pintura, volvió a la fotografía, que fue lo que estudió durante el resto de su tiempo en Buffalo.

Durante este tiempo, conoció a Robert Longo un artista que será muy importante en su vida. Junto con Longo y su compañero de estudios Charles Clough, Sherman formó Hallwalls, un espacio de artistas independientes donde ella y otros artistas exponían.
Después de su graduación, en 1976, decidió mudarse a Nueva York para embarcarse de lleno en su carrera artística, en un loft en Fulton Street en el bajo Manhattan. Fue entonces cuando comenzó a tomar fotografías de sí misma.

Obras principales.

Estas fotografías, autorretratos conceptuales, vendrían a ser conocidas como Complete Untitled Film Stills (1977-1980)”, en los que escenifica situaciones con vestuario y utilería para dar a las fotografías la apariencia de un fotograma cinematográfico, usando estética, estilo, apariencia, narrativas y planos propios del cine blanco y negro y  Clase B de las décadas de 1940 y 1950, particularmente al de directores de Hollywood como Alfred Hitchcock (1899-1980). También hay referencias a los filmes europeos, particularmente los de la Nueva Ola Francesa y el neo-realismo italiano.
Sus fotografías muestran personajes estereotípicos de la televisión de los años cincuenta, de los avisos comerciales y de los filmes de horror; construidos con pelucas, sombreros, vestidos, ropa diferente de la suya. Pueden confundirse con retratos pero son algo muy diferente. En cada una de estas fotografías, ella juega un roll, no una persona real, sino una ficción auto - fabricada. Ella es el ama de casa arquetípica, la prostituta, la mujer en peligro, la mujer entre lágrimas, la bailarina, la actriz, la ingenua; camaleónica, Cindy juega todos estos personajes sugiriendo que su identidad se construía a partir de los relatos de otras personas.




 Una serie de gran importancia para su obra fue “Centerfolds” que en 1981, hizo por encargo de la revista de arte neoyorquina “Artforum”. Estas fotos –que se imprimieron a doble página, en un formato muy apaisado, acorde con las dimensiones de la revista- muestran a la artista frecuentemente tumbada con un rostro inexpresivo o preocupado. En estas imágenes muchos vieron una connotación de abuso sexual adjudicando a esta razón la molestia o preocupación que mostraba en estos retratos.



 En sus series “Fairy Tales (1985) y Disasters (1986); Cindy explora los impulsos extraños, monstruosos y carnavalescos que se expresan a través de los cuentos de hadas, humor negro, payasos y máscaras.


En los ultimos dos casos Sherman utiliza una amplia variedad de técnicas de maquillaje, máscaras y prótesis para crear una representación verdaderamente impactante y grotesca del cuerpo. Se ha descrito la colección como avanzar hacia "... el lado oscuro de nuestras fantasías colectivas, un lugar donde las fuerzas de una sexualidad desenfrenada polimorfa y la violencia se encuentran sueltos entre los juguetes de la imaginación."


En otra conocida serie "History Portraits, (1988-1990)", donde personifica protagonistas masculinos de pinturas clásicas de la historia del arte de Occidente, tales como "Baco enfermo" de Caravaggio, entre otros. Si bien ella aparece en las fotografías, ella no las considera propiamente autorretratos.
Otros grandes pintores cuyos personajes interpretó en sus fotografías fueron Holbein, Giulio Romano, Watteau, Goya, y Raffaelo Sanzio




Sus autorretratos fueron mutando y avanzando hasta obtener resultados más oscuros como los de su serie “Sex Pictures” (1992).





 Posteriormente su cuerpo desaparece por completo de la escena como en la serie “Horror Pictures” (desde 1994)”.


Su cuerpo sólo volverá a aparecer aisladamente in persona en algunas de sus tardías “Mask Pictures (a partir de 1995)”.


  

Sus primeros trabajos atestiguan un erotismo más sencillo. Forman parte de un conjunto de posibilidades emocionales capturadas en el momento en que expresan la femineidad sin resaltar necesariamente el feminismo. Debido a que carecen de ideología en sentido tradicional, tratan más sobre los sentimientos, sobre la psicología. Por lo tanto no pertenecen al arte más politizado de su época, aunque los asuntos que trata pertenecen a la personificación del género, visto por una mujer interpretando para el placer de los hombres.  

Las fotografías más lóbregas se dan a finales de los ochenta y principios de los noventa: son espantosas y grotescas. Hay una brecha enorme entre sus fotogramas y los trabajos hechos con partes del cuerpo sintéticas
Desde el punto de vista de la conducta, la tensión entre la Cindy Sherman buena y la mala demuestra que la interpretación de distintos papeles tiene consecuencias, no solamente para el espectador sino también para la propia artista.
Para el año 2000, Sherman deja claro que el travestismo y la ironía profunda serían sus grandes temas, fundamentados en su relación con la figura y la psique de la mujer. Las imágenes de payasos que utiliza desde el comienzo del nuevo siglo y hasta la mitad de la primera década del siglo XXI resultan agresivas y espeluznantes hasta el punto de parecer peligrosas. Su exagerado maquillaje en colores primarios coincide con miradas de auténtica malevolencia. Dicha aspereza domina su trabajo de la pasada década, decidido a atacar de modo implacable la dignidad de la mujer. Se trata de una misoginia de un tipo extraño, perpetuada por una mujer que aparentemente duda del valor de las mujeres. 
Cindy se ríe de la ansiedad de la mujer provocada al reconocerse  como un objeto que ya no resulta atractivo al hombre. El grotesco maquillaje  distribuido en gruesas capas la convierten en una caricatura aparentemente quemada por el sol, que llega al extremo de resultar irreconocible.




Contexto histórico.

La época en la que Sherman se dio a conocer como fotógrafa había muchas mujeres artistas cuyo trabajo respondía a la mirada lasciva de un público masculino. La artista neoyorquina de performance, Hannah Wilke, era un peso pesado durante este periodo, a menudo posaba desnuda y disfrutaba abiertamente de su atractivo erótico. Resultaba en parte un personaje voluntarioso y en parte una verdad física. Al contrario que el exhibicionismo de Wilke, que empleaba el desnudo como una liberación, Sherman ha sido siempre una artista del ocultamiento, disfrazándose desde mediados de los setenta para emular fantasías pop. El desnudo no formaba parte de su trabajo a pesar de que en los años ochenta,  tras los éxitos de sus fotogramas, adoptó en sus fotografías pechos sintéticos y vulvas artificiales que añadían un divertimento vicioso a la fantasía masculina.
Durante los años setenta, Sherman jugó un papel preponderante en la reestructuración feminista del cuerpo, movimiento originado y mantenido por las mujeres. Esta generación creía que “lo personal es político” y los artistas de performance, en su mayoría mujeres, se apropiaron de este axioma y lo transformaron, a la vista de sus logros, en algo asombrosamente real  basado en la disforia existente entre los sexos. La propia Sherman, especialmente en sus comienzos, creó infinidad de personajes con los que quedar apabullado por la cantidad de rostros y cuerpos que era capaz de construir usando su propio cuerpo.   Su importancia como artista reside en este apabullamiento. En su deliberado intento de revelar la naturaleza interpretativa de la psique femenina, Sherman adquiere múltiples y variados rostros. Los seres que emergen de sus brillantes transformaciones pertenecen al glamour de la industria cinematográfica de los años 30 y 40, cuando la belleza femenina era la clave para vender entradas.
La colección de fotogramas de Sherman implica, de un modo bastante obvio, una redirección imaginaria de la mujer en una sociedad gobernada por hombres. Sorprendentemente y de un modo muy efectivo, mantiene el decoro en los fotogramas de pequeñas dimensiones por los que es más conocida. Pero la modestia tiene un precio. La artista interpreta a su género de modo que llama la atención sobre el papel subordinado de la mujer.
 A partir de los años ochenta Sherman evoluciona como “fotografista”. La conciencia de la subordinación se convierte en impulso para una serie de fotografías cuyo contenido destila una rabia abrumadora, como si la imagen encantadora que adoptó en sus primeros trabajos quisiera vengarse de la acusación de que las mujeres interpretan su femineidad para agradar a los hombres.
Sherman apunta el ojo y el dedo (¿en el gatillo?) hacia el imaginario y la iconicidad provistos por la cultura estadounidense en los últimos 35 años.

Influencias artísticas.
Desde un principio trabaja realizando series. Los dos antecedentes más importantes datan de 1975 y son Bus Riders (Pasajeros de autobús) y Murder Mistery People (Sospechosos criminales) donde la autora se personifica como los supuestos protagonistas de un crimen o como los usuarios del transporte público en Buffalo (Nueva York). En estas primeras series existen resonancias al trabajo de otras artistas de la misma época como Suzy Lake, a quien Sherman cita como una influencia directa. 
Suzy Lake, On Stage. Uso de disfraces, maquillaje y accesorios, Lake crea auto-retratos para la cámara, a menudo asumiendo nuevas identidades.
También figuran entre las inspiradoras y precursoras de Sherman fotógrafas como Eleanor Antin o Hanna Wilke. En ese mismo año Cindy realiza su trabajo A Play of Selves, una “alegoría melodramática contada a través de 244 recortes de distintos personajes que interaccionan unos con otros.” Es un primer atisbo del contenido narrativo que habría de impregnar su obra en el futuro.
Cindy Sherman. A Play of Selves. 1975
Existen otros precedentes de Sherman de importancia: la obra surrealista de Claude Cahun, el Scherzo di Follia de Pierre-Louis Pierson o las transfiguraciones de Marcel Duchamp como Rrose Sélavy fotografiado por Man Ray.
Marcel Duchamp como Rrose Selavy (fotografiado por Man Ray).

Técnicas empleadas.
En 1980 realiza Proyecciones de diapositivas delante de las que desfila.
En las fotografías de Sherman todo es "creado", manufacturado, nada es espontáneo. No se trata, en su caso, de atrapar personalidades, ni de capturar momentos, sino de la creación meditada de imágenes, tras las cuales podemos por supuesto, encontrar al personaje de la vida real que le corresponde. Siendo su propia modelo durante más de cuatro décadas, esta artista
es audaz cuando se trata de integrar y desintegrar la realidad. Ella misma se maquilla, se viste, se peina, crea el escenario deseado y toma la fotografía. 
Sherman explora su propia identidad a través de la caracterización de un sinfín de personas. Reconoce en una entrevista que durante los años sesenta y setenta, que siendo adolescente, estaba obsesionada por la apariencia. Vestirse, cambiarse y transformarse de personaje en personaje no era tanto una forma de escapar de la realidad, sino de ofrecer al otro la opción de una nueva posibilidad de aceptarla.
Más que detenernos en la técnica o en el contenido de las imagenes, la obra de Sherman nos hace pensar en las posibilidades de la apariencia, en la capacidad de hacernos pasar por algo, o por alguien.
En su tránsito de caracterizar diversas personas, Sherman crea imágenes a partir de las cuales inventa personas, pero al mismo tiempo se reinventa a sí misma.
Sus fotografías son construidas minuciosamente a partir de todo aquello que se exhibe en los medios en el mundo contemporáneo y ello me lleva a reflexionar en lo siguiente: Tenemos al alcance suficientes medios para construirnos, para representarnos, para caracterizar e incluso protagonizar lo que no somos, lo que queremos aparentar, lo que deseamos hacer parecer. Podemos modificarnos y transformar nuestra propia imagen a placer. Este ejercicio nos lleva a cuestionarnos quiénes somos y qué permanece de lo que representamos... nos invita a reconocer las fuerzas contradictorias dentro de cada uno de nosotros. Podemos ser lo que queramos, podemos parecer lo que se nos antoje. Podemos incluso, transformarnos en un ideal.
Para lograr esto, Sherman se vale de la complicidad de la fotografía. Poniendo resistencia ante la interpretación, Sherman reconoce como constante en su obra el análisis de los conceptos de identidad y género.
Pero Cindy Sherman no se queda sólo en el uso de su propia figura como protagonista de su trabajo. Entre 1985 y 1990, muñecas, máscaras, maniquíes, figuras humanas y ambientes arreglados son algunos de los elementos requeridos por la artista para realizar sus fotografías. A la vez, experimenta con varias técnicas de distorsión, desenfoque, sobre-exposición e incluso raspado de los negativos sensibilizados con gelatina de bromo-plata, además de utilizar iluminaciones muy llamativas, rojos, azules, colores vibrantes, con imágenes desagradables.


Cabe destacar que el trabajo de la fotógrafa estadounidense se basa en la muestra de figuras estáticas, captando la acción, otorgándole importancia al momento. Así nos hace una invitación a imaginar, a que sea nuestra mente la que construya una historia de las imágenes que vemos, rasgo que se acentúa aún más en el hecho de que Sherman no le pone título a sus fotografías.

Breve historia de las técnicas empleadas.
Desde que la fotografía se convierte en un nuevo medio de expresión abre un abanico de posibilidades plásticas que la convierten en una manifestación más del arte contemporáneo. El arte de la fotografía tiene puntos de contacto con la pintura y otras expresiones plásticas. La fotografía utiliza la luz como elemento de composición y como elemento dinamizador de la imagen; la fotografía cuida, como la pintura, ángulos y ejes de visión en sus composiciones. Juega con elementos expresivos, que a veces tienen que ver con la propia figura reproducida y a veces con los propios recursos estéticos de la imagen. Se estudia la profundidad de campo como engaño perspectivo, y hasta el grano de la fotografía recuerda las calidades del trazo pictórico. Igualmente la difuminación de la imagen o por el contrario su especial nitidez, también establece un diálogo con la mirada de espectador como pueda hacerlo la técnica pictórica según prevalezca la línea o la mancha de color. La tonalidad y el cromatismo también tienen su espacio en el arte de la fotografía, aunque es la foto en blanco y negro la que mantiene un papel predominante entre los grandes fotógrafos, que aprovechan esas calidades de expresividad y contrastes lumínicos que ese género explota con ninguno.
En este ámbito de la fotografía artística, el S. XIX y sobre todo el S. XX han sido generosos en la cantidad y calidad de sus artistas, y entre todos ellos, como una de las figuras más sobresalientes por su capacidad técnica y su variedad de recursos ese halla  Cindy Sherman. Sus primeras fotografías, las que se encuadran en su primera etapa son en su mayoría retratos en blanco y negro de mujeres que se convierten en “íconos-pretexto" con los que denunciar la condición social de la mujer.
Es su fase más irónica y divertida, y las fotos de esta época desarrollan sus innovaciones formales mostrándolas sobre un sustrato clásico en el tratamiento de la luz y la claridad de la imagen. Muy diferentes de las que caracterizarán las etapas siguientes, mucho más agresivas y siniestras en los temas iconográficos y también mucho más rupturistas en su tratamiento formal, con luces duras y colores muy contrastados casi irreales; una nitidez detallista y chocante en el espectador.

Repercusión en el público.
Cindy Sherman ha sido una de las fotógrafas más respetadas del siglo XX. La mayoría de sus fotografías son imágenes de ella aunque no son autorretratos. Sherman se utiliza a sí misma como un vehículo para una variedad de temas del mundo moderno: el papel de la mujer, el papel del artista y muchos más. A través de una serie de diferentes obras, ha planteado difíciles e importantes preguntas sobre el papel y la representación de las mujeres en la sociedad, los medios de comunicación y la naturaleza de la creación del arte.
Durante más de 35 años de carrera ha explorado los estereotipos y la cultura estadounidense desde una óptica femenina. 
Haciéndose pasar por un sinfín de personajes, examinan la construcción de la identidad, la naturaleza de la representación y el artificio de la fotografía. Para crear sus imágenes, asume las múltiples funciones de fotógrafo, modelo, maquilladora, peluquera y estilista.
Ya sea interpretando a una joven profesional, una rubia explosiva, una víctima de la moda, un payaso, o una dama de sociedad de cierta edad, esta implacable y aventurera artista ha creado un cuerpo de obra elocuente y provocador, que resuena profundamente en nuestra cultura visual.
En la serie “Sin título” personificó estereotipos femeninos: la mujer abandonada, la chica universitaria, la mujer perdida, la prostituta, la manipuladora, la golpeada.
A partir de este proyecto, la fotógrafa mostrará en sus series una gran atención por la imagen social de la mujer.
Luego en la serie Centerfolds Sherman muestra a la mujer víctima del abuso sexual, el abandono de la pareja, la violencia psicológica y/o doméstica.
Nos enfrentamos a la mujer angustiada, sentada en una cama atemorizada y que parece preguntarse cómo salir de la trampa que la acordona.

 A pesar de su potencia visual y conceptual, las fotografías no gustaron a Ingrid Sischy, editora de la revista Artforum, quien se negó a publicarlas.
Entre 1982 y 1984 Cindy trabaja series pequeñas donde comienza a explorar temas relacionados con la sexualidad en Pink Robe. Anticipan es la tormenta que habría de llegar con los estratos más angustiosos en la vida de Sherman.
La falta de reconocimiento y su reciente matrimonio con Michel Auder impulsan en Sherman la creación de una serie distinta, donde iniciaría su adopción del grotesquismo, fundamental para mostrar un mundo violento, una esfera de pesadilla que revela la intimidad del alma de Cindy y los demonios shermaniacos. Si Nan Goldin había abierto las puertas de la itimidad sexual, Sherman lo haría de su propia intimidad psicológica.
En Fairy Tales comienza una experimentación con las prótesis como un recurso adicional para la caracterización de personajes.
Disasters es una provocación brutal al espectador. Muchos visitantes de las exposiciones de Sherman en museos terminan en estado de choque ante estas imágenes terribles de vómito, podredumbre, reflejos, desmembramiento.Son claras proyecciones de las congojas de la autora con zozobras y delirios.
Ante este segmento en la obra de la estadounidense los horrorizados visitantes de las retrospectivas de Cindy Sherman olvidan (o desconocen) que “la contemplación de la obra de arte es siempre angustiante.”
Para descanso del público Sherman dejó atrás horror, sexo y maniquíes y retornó a la exploración de los estereotipos femeninos en Hollywoods / Hampton Types. Esta serie enfoca los estereotipos de la mujer de clase media alta, la deportista o la Dolly-Parton-local y marca una madurez peculiar en la carrera de Sherman.
En su siguiente etapa con la serie “Clowns” (2003-2004), Sherman usa como efigie central al payaso, figura provocadora de miedos y espantos que, en ocasiones, acobardan más que entretener. El grotesquismo ahora no está en el terreno de la violencia, el horror o la pornografía, sino más bien en el kitsch.
Sherman ha sido identificada como una artista de empeños feministas, pero más bien pareciera que examina a fondo la causa femenina y la búsqueda por la dignidad de la mujer. “Aunque yo nunca he pensado en dar un toque feminista o político a mi trabajo, todo él está marcado por mis observaciones como una mujer en esta cultura”.
 Cindy muestra a la mujer escrutada por los hombres, examinada a través de los ojos de la propia mujer donde el estereotipo es una proyección/identificación según la naturaleza del observador. En las dualidades víctima/victimario, cazador/presa, actividad/pasividad Sherman explora la feminidad y su identidad mediante un conjunto de realidades y estereotipos. La obra de Cindy pareciera ser una gran fotografía de la mujer estadounidense en los últimos 35 años.
La colección de fotogramas de Sherman implica, de un modo bastante obvio, una redirección imaginaria de la mujer en una sociedad gobernada por hombres. La artista interpreta a su género de modo que llama la atención sobre el papel subordinado de la mujer. A partir de los años ochenta Sherman evoluciona como “fotografista”. La conciencia de la subordinación se convierte en impulso para una serie de fotografías cuyo contenido destila una rabia abrumadora, como si la imagen encantadora que adoptó en sus primeros trabajos quisiera vengarse de la acusación de que las mujeres interpretan su femineidad para agradar a los hombres.



Movimiento al que perteneció.
Sherman trabaja en series, y cada una es autónoma y coherente internamente. Sin embargo, hay temas que se han repetido a lo largo de su carrera, como el cine y el performance, el horror y lo grotesco, el mito, el carnaval y los cuentos de hadas, el género y la identidad de clase.
Es además una de las representantes más importantes de la fotografía de posguerra en Nueva York, exhibió más de tres décadas de trabajo en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA).
Los fotogramas de Sherman son una hibridación entre tableaux vivants y performances. La artista parece aglutinar en un solo cuadro las aspiraciones pictorialistas decimonónicas, las vanguardias y el postmodernismo en cada una de sus fotografías.
Si Julia Margaret Cameron había plasmado en sus tableaux vivants alegorías de la literatura y la mitología, Sherman lo hace de la pulp fiction y las películas de clase B.
Las exploraciones artísticas de la década de 1960 como el body art y la performance aparecen en el cuadro shermaniano: en cada fotografía se desarrolla una historia donde la propia artista se ha caracterizado con maquillaje y vestido. Sherman usa su propio cuerpo como auténtico escenario.
Hubo dos tendencias que se destacaron que, si bien tenían planteamientos diversos, compartían el mismo gusto por la imagen que las vanguardias conceptualistas habían desterrado.
Una de ellas fue la transvanguardia, encabezada por Bonito Oliva como sostén intelectual. Consideraba que el retorno al gesto artístico, a la no experimentación y al rechazo por el estilo estaban sostenidos por una teoría: la Historia del Arte se había convertido en un ready-made.
 La segunda fue el neoconceptualismo que, al igual que el conceptualismo, compartía la tendencia a concentrarse en la idea, en el concepto, pero, a diferencia de éste, le interesaba también la obra, que cuestionaba y nacía a partir del discurso de los mass media. Retomaron el espíritu conceptualista, pero reflexionando desde y sobre lo social.
Una vertiente de dicho movimiento fue el apropiacionismo integrado por una generación de artistas que nació en una época tecnológica en la que el control de las imágenes era confiado a la máquina y para cual el mundo estaba sometido a procesos de reproducción. El conocimiento y la mirada ya no tenían un mundo real ni sus componentes emocionales como referencia. Su modelo era el mundo reproducido fílmicamente, fotográficamente, etc. La imagen sólo existía en función de su doble o remake. No se trataba tanto de sustituir la realidad por su representación sino de rehacerla, recrear un simulacro, en el sentido de que cada imagen y cada procedimiento pasaba a ser un espejo del mismo procedimiento y de la misma imagen. De aquí deriva el recurso de los temas y los procedimientos de los mass media, así como la identificación con las actitudes y los temas del arte pop aunque desde una posición reflexiva, irónica y de denuncia.

Así podemos separar la enorme diferencia entre su primer trabajo y sus últimos esfuerzos. A pesar de la astucia evidente con la que Sherman interpreta el papel protagonista en sus primeras colecciones de fotogramas, éstos contienen la inocencia de la juventud; es joven y atractiva, así que las fotografías que toma de sí misma agradan desde el punto de vista erótico y al mismo tiempo, de manera implícita, resultan edificantes. Como mucho del trabajo de Sherman, muchos críticos encuentran la serie al mismo tiempo molesta y divertida.
Fotógrafos y artistas influenciados por su obra.
Sherman se ha incrustado en el imaginario popular donde abundan homenajes y copias tan descaradas como naífs (del francés naïf, 'ingenuo'). Una ironía adicional: las fotografías de Sherman (especialmente Untitled, Rearscreen o Centerfolds) apuntan a la apropiación de los imaginarios e iconicidades de la cultura popular estadounidense que a su vez son tomados prestados.

Kelly Witmer. Autorretrato como Cindy Sherman
Pero el público se ha apropiado de Cindy, creando apropiaciones de la apropiación en un hecho artístico de ida y vuelta.

John Slone. Untitled Film Still 67. Tribute Series, Cindy Sherman.

 Además del público apropiador, también existe un número muy importante de fotógrafos contemporáneos cuyas obras hayan confluencia con Cindy Sherman: Yasumasa Morimura, Niki S. LeeKimiko YoshidaGillian Wearing,Tomoko Sawada, Noriko Yamaguchi y Aneta Grzeszykowska ha trabajado con temas, estilos o técnicas similares.
Obra actual.
En sus trabajos más recientes, los últimos cinco años, vemos a una artista entrada en años que continúa agitando el arquetipo de la mujer en sociedad. La idea de una belleza pasada, muerta en la actualidad, aparece con frecuencia; la vulnerabilidad en muchas de sus fotografías llega a ser repugnante.  Cindy muestra enojo, banalidad, cansancio, vejez. Ella pretende representar una mitología risible del ser.    
Cindy  se mofa del comportamiento adquirido por las mujeres  ya que no es como si estuvieran genéticamente preparadas para agradar.

Ella interpreta y personifica al mismo tiempo el comportamiento de su género. Se trata de un teatro que llega a ser tan auténtico que el realismo político surge dentro de la fotografía. No se trata de la obviedad del arte de Sherman, sino de su contenido más profundo. De hecho es algo que el espectador debe intuir, ya que el contexto nunca queda claro. El enfado del que las fotografías de Sherman están imbuidas es mucho más accesible, sin embargo es un efecto distante. La Sherman real se encuentra en algún lugar entre la charlatanería de sus disfraces y la vulnerabilidad de sus míticos personajes, alguien que pertenece claramente a los anales de la historia del arte contemporáneo.  
Sus fotografías alcanzan valores de 20.000 a 50.000 dólares y encontramos sus obras en museos como Tate Modern de Londres y MoMA de New York.
Referencias:


Wikipedia, La enciclopedia libre. http://es.wikipedia.org/wiki/Cindy_Sherman. Consulta: 15-09-2014 / 00:43hs.

Studio 360. American Icons. http://www.studio360.org/story/american-icons-untitled-film-stills/. Consulta:15-09-2014 / 00:54hs.

MoMA.org. http://www.moma.org/interactives/exhibitions/1997/sherman/. Consulta: 15-09-2014 / 01:06hs.





Memories Sofy.http://memoriesofy.blogspot.com.ar/ Consulta: 18-09-2014 / 01:21hs.

Oscarenfotos.com. Cindy Sherman la niña de los disfraces.http://oscarenfotos.com/2012/08/18/cindy-sherman-la-nina-de-los-disfraces/. Consulta: 27-09-2014 / 18:40hs.

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