domingo, 19 de octubre de 2014

Biografía: Edward Weston


Edward Weston

Para muchos el gran maestro de la fotografía americana, Edward Weston fue sin duda uno de los más grandes fotógrafos del siglo XX a quien todos debemos una nueva forma de ver este arte. Nacido en Highland Park (Illinois) el 24 de marzo de 1886, siempre tuvo claro lo que quería hacer desde que a los dieciséis años le regalaron su primera cámara y a diferencia de otros nunca le interesó hacer otra cosa que no fuera la fotografía. Se inició como autodidacta en los años en los que el pictoricismo hacía furor, componiendo en este estilo que hizo propio primorosos paisajes, bodegones y retratos sin saber que, con el paso del tiempo, su propia obra sería clave para superar el concepto de lo pictórico en fotografía.

Biografía
Sin embargo, tal vez Weston no hubiera pasado de ser un modesto fotógrafo de renombre local si no se hubiera cruzado en su camino Margrethe Mather, otra fotógrafa con la que mantuvo una prolongada relación artística y sentimental. Margrethe, aunque de evidente menor talento creativo poseía un gran carácter y fue la responsable de introducir al joven Edward en los círculos artísticos de la ciudad, además de imbuir en su cabeza la entonces singular idea de que un fotógrafo podía llegar a ser un artista de primera categoría, no inferior a un pintor, escultor o poeta. Esto que ahora nos parece evidente, no lo era tanto a principios del siglo pasado. Comenzó a ensayar nuevas formas de representación, temas y tratamientos de la imagen y se presentó pleno de ilusiones y con un primoroso portafolio ante Alfred Stieglitz, el gran gurú de la fotografía americana del momento, quien más allá de algunas buenas palabras no hizo más que despachar al joven aspirante con un condescendiente beneplácito no exento de crueles críticas. Los genios son así, cuando se tropiezan suelen tener tendencia a destrozarse. Pero Weston, de quien nadie podría decir que carecia de empuje y entusiasmo, encaró las críticas del maestro como positivos consejos y volvió a California con renovados ánimos. Ánimos que se vieron muy pronto acrecentados cuando otra tremenda mujer cambió su vida: la joven y bellisima Tina Modotti. Fue un viaje realizado a Ohio el que daría un auténtico vuelco a su carrera, que se dirigiría desde entonces hacia la “fotografía directa”: sus primeras tomas de fotografías industriales en las acerías Armco. A partir de ese momento, Weston sólo realizaría imágenes muy precisas, dando gran importancia a la fidelidad del detalle y a la asombrosa nitidez.


Las mujeres tuvieron un papel decisivo en la vida de Weston. Cuando con apenas 20 años se enamoró perdidamente decidió que, ya que no quería hacer otra cosa más que fotografiar, debía convertir su pasión en su medio de vida. Se casó y se estableció a las afueras de Los Ángeles abriendo un pequeño estudio de fotografía. Gracias a su increíble intuición
compositiva y su habilidad para convertir las amaneradas poses de la época en naturales a la vez que atrayentes y frescas, obtuvo un precoz éxito comercial como retratista y una incipiente posición social.


Por entonces rutilante actriz de cine mudo, Tina Modotti, actriz, modelo, fotógrafa, activista política, peligrosa revolucionaria y quién sabe cuantas cosas más, bien hubiera podido ser junto a Warren Beaty la protagonista real de Rojos. Tina consiguió lo que Margrethe no pudo en doce años de relación: que Weston rompiera definitivamenrte con su matrimonio, su familia, su colaboradora-amante y por ende con los últimos lazos que le unían a su convencional forma de vida. Con Tina se instaló en Méjico y formó parte clave de una de las leyendas de la cultura americana del siglo XX, la del grupo de la vanguardia artística norteamericana que eludiendo la influencia europea entabló una singular relación artística e ideológica con los "estridentistas" mejicanos: Diego Rivera, Frida Kalho, Manuel Álvarez Bravo, Nahui Ollin... El paso por ese país supuso para su obra un punto de no retorno que lo situó en punta de lanza de aquellos que realmente hicieron avanzar el arte de la fotografía, más allá incluso de los consabidos vanguardistas europeos que en aquel entonces copaban el reconocimiento oficial.
De vuelta en California en 1932, fue junto a Anselm Adams, Paul Strand e Imogen Cunningham cofundador del Grupo f/64 que propugnaba un nuevo enfoque de la fotografía, el realismo directo (nueva objetividad se llamó en Europa) en contraposición al pictorialismo y de las experimentaciones vanguardistas europeas.

Características de este grupo fueron: el uso de las cámaras de gran formato, luz natural, enfoque y profundidad de campo máximas e innovadores procedimientos para obtener copias con el mayor grado de fidelidad al sujeto mostrando un increíble rango de grises que desvelaban luces hasta en las sombras más profundas. Los objetos, edificios, paisajes, desnudos... se representan en primer plano, de forma directa y sin elementos accesorios que distraigan la atención del espectador. Este estilo ha tenido una influencia tan decisiva en toda la fotografía posterior que es difícil que nosotros ahora podamos comprender la enorme innovación que en su momento supuso.
Pero más allá de los someros apuntes biográficos y técnicos que nos ayudan ciertamente a entender el contexto en el que se desenvolvía, hablar extensamente sobre la obra de Edward Weston constituye en sí mismo un difícil ejercicio que bordea el peligro permanente de comenzar a enunciar obviedades o lo que es peor vacuidades pedantes. Personalmente me quedo con lo que sobre él escribió otro genio de la fotografía, su amigo Anselm Adams:
"A diferencia de tantos fotógrafos de hoy, Edward Weston nunca habló sobre su propia obra. Para él, como para la mayoría de nosotros, su obra es simplemente la afirmación del hombre y de su arte. Respecto a su trabajo artístico, Edward estaba completamente seguro de sí mismo; no necesitaba ninguna explicación, justificación ni interpretación. Las estupideces que se decían y escribían sobre él le daban risa, aunque toleraba que algunas personas sintieran la necesidad de llegar a la verdad a través de complejas disgresiones y escurridizos análisis intelectuales. Frecuentemente comentaba: Bueno, si eso es lo que significa para él, a mi no me
importa. Como Edward, también yo prefiero abstenerme de dar definiciones de su obra creativa. ¿Quién puede hablar o escribir sobre las Partitas de Bach? Se pueden tocar o escuchar; solo existen en el mundo de la música. Del mismo modo, las fotografías de Edward solo existen como originales o (en ocasiones) en forma de buenas reproducciones. Observad esas fotos, miradlas atentamente y observaos a vosotros mismos, no crítica ni despectivamente, ni con un sentimiento de inferioridad. Quizá la obra de Weston os enseñe a descubrir lo bueno que en realidad sois... o que podéis llegar a ser. Eso es lo que deseaba Edward."



«El verdadero daño reside en el hecho de que este falso objetivo se estableció con firmeza, de tal forma que la meta de todo empeño artístico se convirtió en la realización de foto-pinturas en lugar de fotografías. El acercamiento al medio que se adoptó era tan distante de su verdadera naturaleza que cada adelanto básico que se conseguía en el proceso se convertía en un obstáculo más para los fotógrafos «Pictorialistas». Así pues, la influencia de la tradición pictórica retardó el
reconocimiento del verdadero campo creativo que ofrecía la fotografía».


Edward Weston afirmaba que uno de los grandes problemas que tuvieron los primeros fotógrafos al no tener una tradición en que basarse fue la de tomarla prestada de la pintura. De esta manera, la fotografía era una nueva clase de pintura, en donde se intentaba a toda costa conseguir con la cámara efectos pictóricos. Según Weston:
Weston rescata dentro de la historia de la fotografía la obra de los primeros retratistas que utilizaron la técnica del daguerrotipo, los documentos de la guerra (de Secesión) y de la conquista de nuevas tierras, y el trabajo de amateurs y profesionales, que practicaban la fotografía por sí misma, sin pensar si era o no arte. Sin embargo, para la época de Weston la tradición «Pictorialista» sobre la fotografía aún era fuerte, culpándola de la utilización de tramas, de la manipulación de negativos y de composiciones regidas según leyes preestablecidas. Según Weston, detrás de la actitud del foto-pintor, se escondía la idea de que la fotografía directa no era arte por ser producto de una máquina y lo que se hizo entonces fue desarrollar técnicas para combatir la naturaleza mecánica del proceso y así desaparecer las huellas de su origen no artístico. Esta actitud era para Weston incompatible con la lógica de la fotografía, debido a las diferencias que tiene esta con las demás artes gráficas, y que tiene que ver con dos factores básicos característicos del proceso fotográfico: la naturaleza del proceso de impresión y la naturaleza de la imagen.

Basándose en estos dos elementos, Weston defiende la fotografía como herramienta artística. La fotografía a diferencia de la pintura tiene dos características principales relacionadas con la naturaleza del proceso de impresión, como son, primero, la gran precisión de la definición, sobre todo al registrar pequeños detalles; y segundo, la secuencia ininterrumpida de gradaciones del blanco al negro. Estas dos características son esenciales del proceso mecánico de la fotografía y no pueden ser imitados por ningún trabajo manual. De esta manera:
«La imagen fotográfica participa más de la naturaleza de un mosaico que de la de una pintura o un dibujo. No contiene trazos, en el sentido pictórico, sino que está compuesta de pequeñísimas partículas. La extrema sensibilidad de estas partículas confiere una tensión especial a la imagen, y cuando esta tensión es destruida -por la intrusión de trabajo manual, por una ampliación exagerada, por la utilización de un soporte rugoso, etc.-, se destruye la integridad de la fotografía. Finalmente, la imagen se caracteriza por la luminosidad y brillo de los tonos, cualidades que no pueden conservarse si las copias se hacen sobre papel mate. Solo una superficie brillante puede reproducir satisfactoriamente la claridad resplandeciente de la imagen fotográfica».
El otro elemento tiene que ver con la naturaleza de la imagen. Como el proceso de impresión fotográfica es instantáneo, esto impide que a la imagen impresa no se le puedan hacer correcciones manuales, obligando al fotógrafo a previsualizar la obra final. Por esta razón, Weston resalta que «la tarea más importante, y al mismo tiempo, mas difícil no sea conocer su cámara, evelar o positivar, sino ver fotográficamente».

Y este «saber ver fotográficamente» consiste en aprender a ver el tema que se escoge en términos de la capacidad de sus instrumentos y del proceso, para así poder traducir los elementos y los valores tonales de la escena que se desea obtener. Como lo anota Weston, la fotografía permite infinitas posibilidades, pues a través de la posición de la cámara, el ángulo o la distancia focal del lente, el fotógrafo puede encontrar muchísimas composiciones de un mismo sujeto. Además, cambiando la iluminación o utilizando un filtro de color, pueden alterarse uno todos los valores del sujeto y variando el tiempo de exposición, el tipo de emulsión o el método de revelado, el fotógrafo puede cambiar el registro de los valores tonales en el negativo. Por último, estos mismos valores pueden variarse según la cantidad de luz que afecte las distintas partes del papel
sensible durante el positivado.
Con respecto a la composición Weston opina que uno de los grandes obstáculos de la fotografía ha sido el sometimiento de esta a reglas de composición preconcebidas, así «tales reglas y leyes se deducen del acto realizado; son el resultado de la reflexión y del examen a posteriori, y en ningún modo forman parte del ímpetu creativo. Cuando el tema debe encajar en unos modelos preconcebidos, no puede existir espontaneidad en la visión. Al seguir las reglas de composición, solo se logra una tediosa repetición de clichés Pictorialistas».

Por último, Weston opinaba que para que la fotografía fuera un arte, el fotógrafo debía desprenderse de toda regla, tabú o dogma artístico, para que así su visión fotográfica sea libre en el descubrimiento de la esencia del mundo en el que vive.
Como se ha visto, los anteriores elementos son de los que se sirve Edward Weston en su discusión con la tradición «Pictorialista» en la fotografía y su interés de resaltar este medio como un espacio autónomo en independiente de las demás artes visuales. Veamos ahora su trabajo fotográfico y su búsqueda de la esencia de las formas.



La esencia de las formas
Cuando Edward Weston fotografiaba su lema era «la forma sigue a la función». Como se ha dicho más atrás, Weston fue de los primeros fotógrafos que creyó que una fotografía no debía reproducir mecánicamente la realidad, ni debía inspirarse en la pintura para componer sus imágenes; sino que debía tener un lenguaje propio, el lenguaje de las formas. Estando en México (1923-1926), su búsqueda artística se dirigió a fotografiar la esencia del objeto y a encontrar el punto más expresivo desde donde el objeto podía hablar por si mismo. Pronto comenzó a interesarse por las posibilidades que ofrecía los objetos funcionales fabricados en masa y un ejemplo de esta búsqueda es la fotografía El Retrete (1925), en la que invirtió más de una semana para hacer una fotografía adecuada de este «receptáculo brillante esmaltado de extraordinaria belleza». El objetivo principal de Weston era plasmar el retrete libre de cualquier connotación humorística, escatológica, obscena o de otro tipo para expresar la «respuesta absolutamente estética a la forma».
«Los espíritus timoratos, encasquillados por la costumbre de justipreciar la belleza por el asunto' no entenderán jamás que esta estructura de porcelana blanca es tan hermosa en sí como la arquitectura de una flor o de la de un fruto. No quedarán conformes con el goce de ver, y romantizando a la flor por su perfume y al fruto por su gusto, harán evocaciones así, de todas las cosas. Las imágenes pues, no cobrarán en su mentalidad el valor intrínseco de su belleza desnuda y siempre estarán supeditadas al subjetivo de lo 'moral' o lo ´Soez'».


A Weston no le interesaba contar una historia, ni comentar la función del objeto que fotografiaba, sino que lo que le interesaba era mostrar la esencia del objeto, su belleza. Otros temas que trabaja Weston son la fotografía de desnudos, frutos, distintos objetos como conchas, troncos y el paisaje, entre los cuales hay una analogía o correspondencia de marcado carácter sexual, aunque el mismo Weston lo negara. Como lo afirman Barrie y Rockliff:
«Weston jugaba con esas analogías y se complacía en ellas, así propugnara la más inocente, la más desprendida objetividad, imposible de conciliar con cualquier forma –así fuera metafórica y sutil- de antropomorfismo».



Fotografías como la de Pepper, 1930, parecen fotos de esculturas, por la gran intención que hay en la captación de los valores tonales y por su tendencia a la abstracción. En efecto: «es difícil creer que esos volúmenes y esas texturas hayan acudido ingenuamente a la cámara de Weston, y es más plausible sospechar que le daba deliberadamente a esas fotos la misma intencionalidad escultórica (nada pictórica) que por primera vez halló en el sanitario convertido por él en una especie de escultura abstracta».





En algunos desnudos también se encuentra este carácter escultórico, al igual que en fotografías de troncos y otros elementos del paisaje. Weston parece buscar el cuerpo de la mujer en el paisaje y el paisaje en el cuerpo de la mujer. Así, la fotografía Nude (1925) parece una invitación a recorrer a la mujer como si recorriera o se explorara un desierto, un conjunto de montañas, un bosque, y perderse en las dunas, en las cavernas, en la flora, en los ríos, en los caminos, presentes el cuerpo de la mujer.



Breve línea de tiempo, biografía - contexto histórico
1902. Hace sus primeras fotografías.
1907. Acude al Illinois College of Photography.
1922. Fotografía la fábrica de acero Armco.
1922. Viaja a Nueva York donde visita a Alfred Stieglitz, Paul Strand, Goergia O' Keeffe y otros artistas. Se traslada a México y abre un estudio allí.
1929. Participa en la exposición “Film und foto” (Stuttgart).
1930. Primera exposición individual en New York en Delphic Studio.
1932. Se publica el primer libro “The Art of Edward Weston”. Participa en una exposición del grupo f64 en el M.H. de Young Museum.
1937. Recibe la primer beca que la fundación Guggenheim concede a un fotógrafo.
1941. El Limited Edition Club le encarga las ilustraciones para Leaves of Grass, una colección de poemas de Walt Whitman.
1946. Se presenta la mayor retrospectiva de su obra en el MoMA de NY.
1947. Experimenta con la fotografía a color.
1948. Sufre la enfermedad de Parkinson. Sus últimas fotografías. William Van Dyke rueda un documental sobre el, llamado “The Photographer”.
1952. Bajo su supervisión, se prepara una carpeta de 12 copias originales con ocasión de su 50
aniversario como fotógrafo: 50th Anniversary Portfolio. Con Brett y otros ayudantes de laboratorio comienza el proyecto para una edición con más de 800 de sus fotografías favoritas.
1958. Muere en Wildcat Hill.
1904/5/6. Nacen movimientos de vanguardia, Expresionismo, Fauvismo y el Cubismo.
1914. Comienza la primera guerra mundial.
1919.Se funda la escuela Bauhaus.
1920. Nace el movimiento de diseño popular Art decó.
1924. Nace el surrealismo.
1929. Surge la Gran depresión, la crisis económica que explota en EEUU y se extiende a todo el mundo.
1933. Hitler asume el poder en Alemania
1939. Comienza la segunda guerra mundial
1940. Surge en Estados Unidos el expresionismo abstracto.
1945. Finaliza la segunda guerra mundial.
1946. Se crea la ONU.
1947. Se crea el plan Marshall para la reconstrucción de países Europeos.
1950. Comienza la guerra de Corea
1954. Nace el Pop Art

Bibliografía
Ansel Adams, Terence Pitt. (2008). Icons Edward Weston. Taschen.
Bieger-Thielemann, M. (2007). La fotografía del siglo XX. Museum Ludwig Colonia. Colonia: Taschen GmbH. pp. 730–739. ISBN 978-3-8228-4082-5.
Gernsheim, H.; Gernsheim, A. (1965). A concise history of photography (en inglés). Londres: hames and Hudson. p. 213. OCLC 425560.
Rengifo Arias, Carlos Gustavo (4 de agosto de 2011). Medellín.
Sougez, M.L.; Pérez Gallardo, H. (2003). Diccionario de historia de la fotografía. Madrid: Ediciones átedra. pp. 458–459. ISBN 84-376-2038-4.
Weber, Bruce. (24 de noviembre de 2009). «Art & Design. Charis Wilson, Model and Muse, Dies at 5» (en inglés). The New York Times.
Wiesenthal, M. (1979). Historia de la fotografía. Barcelona: Salvat editores S.A. p. 223. ISBN 84-345-3819-9.

Páginas web - Enlaces de internet
http://es.wikipedia.org/wiki/Edward_Weston
http://www.avizora.com/publicaciones/biografias/textos/textos_w/0011_weston_edward.htm
http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/literatura/oficio/oficio91.htm
http://www.elangelcaido.org/fotografos/weston/weston.html
https://fotografiaperfecta.wordpress.com/tag/edward-weston/
http://www.revistacronopio.com
http://ojoacromatico.blogspot.com.ar/2012/09/edward-weston-icons.html
http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=weston-edward-fotografo

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